El NIMD dio por terminadas las Escuelas de Formación para la Democracia que se llevaron a cabo en 8 regiones del país y que beneficiaron a cerca de 800 líderes sociales, políticos y comunitarios. Este es el balance.
En el marco del Proyecto Acción Democrática para la Paz, NIMD con el apoyo de la Unión Europea implementó entre junio de 2018 y febrero de 2019 las Escuelas de Formación para la Democracia en ocho (8) departamentos especialmente afectados por el conflicto, con el objetivo de fomentar la cultura democrática como herramienta para la consolidación de la paz.
Al proceso se inscribieron 1925 personas, de las cuales fueron admitidas 836 y de los cuales se graduaron el pasado mes de abril 599. 316 mujeres y 283 hombres recibieron el certificado que acredita un conocimiento básico de las reglas del sistema político y electoral colombiano; las diferencias entre violencia y conflicto y las formas de transformarlos; las herramientas con las que cuenta el sistema como garantías al ejercicio de la política y de la oposición; los repertorios de movilización, participación y acción colectiva y de manera transversal la relevancia de la inclusión, la responsabilidad, la transparencia y el diálogo como elementos constitutivos de la democracia y la paz.
Los participantes han aprovechado el proceso de formación para fortalecer capacidades democráticas como la comunicación, la reflexividad, la negociación y la cooperación, y hacen parte de una gran comunidad de líderes de todo el país que NIMD ha venido formando desde 2016 y que se constituyen en la base de una gran transformación social y política en la cultura democrática en Colombia.
“Estas jornadas de formación me han servido para entender muchas cosas sobre la política. Sobre lo que nosotros desde los territorios, tenemos que aprender, pero también lo que tenemos que enseñar”, afirma Acención Velasco, una de las más destacadas estudiantes.
Bajo la premisa “no hay democracia sin diálogo” el proceso formativo mejoró los niveles de reconocimiento entre personas apartadas por los prejuicios y los imaginarios asociados a la guerra, generó espacios de debate y reflexión colectivas y ayudó a promover la idea de lo público por encima de las ideologías y como lugar de encuentro y debate abierto y permanente.