La paz entendida como la capacidad para abordar diferencias, se constituye no solo en un propósito común, sino en una necesidad. Los procesos políticos en Colombia han demostrado que la paz es una receta difícil, especialmente cuando se trata de alcanzar el punto exacto entre la libertad para ejercer nuestros derechos -sin que ello implique la vulneración de los derechos de los demás-, y el ejercicio del poder y de la autoridad. Tan difícil nos ha resultado, que múltiples constituciones, acuerdos y pactos, concertados entre las élites y con comunidades y grupos conformados alrededor de inconformidades, se incumplen y nos devuelven a expresiones de violencia y zozobra.
En este contexto, las Escuelas de Formación para la Democracia -en adelante EFD- se han constituido en uno de los escenarios de aprendizaje que, el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria – NIMD, ha puesto a disposición de la comunidad política colombiana, con el objetivo de mejorar las prácticas que constituyen la cultura política de diferentes actores, como en este caso, líderes de diferentes contextos territoriales.
